• Subtitulo: La historia de 𝐑𝐮𝐛é𝐧 𝐌𝐨𝐫á𝐧, un olvidado futbolista que jugó su primer partido con la selección uruguaya, nada menos, que en una final del mundo ante 200 mil personas.
Una historia 'desconocida' del Maracanazo.

Previo a la final del Mundial 1950, la selección uruguaya venía de jugar todos sus partidos en el torneo con un mismo esquema, idéntico planteamiento y con los 11 futbolistas titulares que se repetían; desde el debut ante Bolivia hasta el encuentro por la fase final ante Suecia.

Sin embargo, para el partido final ante Brasil, el entrenador celeste, Juan López, se vio obligado a realizar un cambio en su equipo titular -el primero en toda la Copa- tras la lesión del puntero izquierdo, Ernesto Vidal.

Había que buscar su reemplazante y se abrieron las interrogantes. ¿Por qué? 

Porque en aquella época, los entrenadores habituaban convocar un plantel con dos equipos (uno titular y uno suplente) y los cambios se realizaban puesto por puesto; sin modificaciones de esquemas. Es decir, cada futbolista era convocado para jugar en su puesto natural, pero en el caso que el titular no pudiera estar disponible, su reemplazante sería el futbolista suplente que se desempeñara en ese mismo puesto.

Algo así cómo, si cada titular tuviera un suplente fijo.

La decisión de Juan López significó algo más que sólo reemplazar un jugador por otro, porque el sustituto natural de Vidal era Rubén Morán, un joven de 19 años que en sus estadísticas apenas tenía dos partidos amistosos con Uruguay y sólo un año en Primera División, en Cerro.

Para el entrenador aquella determinación significaba una prueba de fuego; hacer debutar oficialmente a un 'chiquilín' de 19 años nada menos que en una final del mundo podría catalogarse, algo así, como una 'apuesta milagrosa'.

 


LA PRENSA PEDÍA POR BRITOS

En principio, se manejó la posibilidad de que jugara Julio César Britos, un puntero derecho de Peñarol que había actuado en otras oportunidades por la izquierda, pese a ser diestro. Algo inusual en la época.

Sus puntos a favor, pese a que no era el sustituto natural de Vidal: tenía 25 años; algo más experiencia que Morán; y se desempeñaba en un club popular del ámbito local.

Sin embargo, esos detalles poco le importaron al técnico celeste cuando llegó el momento de la decisión.

 

 


LÓPEZ ELIGIÓ A MORÁN

Eran tiempos de esquemas lineales y Morán por alguna razón había sido convocado; a Juan López no le tembló el pulso y el chico de 19 años -finalmente- fue el que salió a la cancha vestido de celeste en el mismísimo Maracaná, para jugar nada menos que el partido más decisivo.

Causó mucha sorpresa escuchar el nombre de Rubén Morán entre los titulares de Uruguay en aquella final que luego se terminaría inmortalizando en el recuerdo del fútbol mundial.

Su actuación en la final ante Brasil no resultó para nada destacada, según los recordados comentaristas de la época, Osvaldo Lorenzo y César Gallardo.

Incluso, ambos mencionaron que Morán "jugó todo el partido, solamente porque el reglamento no permitía cambios".

Sin embargo, el pueblo uruguayo colmado de algarabía por la hazaña lograda ni se enteró de la pobre actuación de Morán y solo atinó a elogiarlo debido a su corta edad. Incluso, cuando llegó a Montevideo, fue recibido como un gran héroe.

Morán, en su primer partido oficial con Uruguay y con sólo 19 años, vivió aquel 16 de julio de 1950 dentro del campo de juego como parte de la hazaña más grande del fútbol mundial; una gesta que será recordada para la eternidad y que será muy difícil o casi imposible de igualar.


𝐃𝐚𝐭𝐨:
Hasta 1958 Morán fue el futbolista más joven en ganar un Campeonato del Mundo hasta que en el Mundial de Suecia de 1958, Pelé se adjudicó el récord tras ser campeón mundial con Brasil con sólo 17 años.

 


APENAS DOS PARTIDOS OFICIALES

Después de jugar su primer partido oficial nada menos que en la final del mundo, Morán volvió a ser citado por Uruguay recién para el Sudamericano de 1953. En dicho torneo, no fue titular y entró solamente algunos minutos contra Brasil.

En total, su carrera internacional con Uruguay se resume en cuatro partidos (dos amistosos y dos oficiales), aunque, uno de ellos fue nada menos que en una final del mundo.


BREVE RESEÑA DE SU CARRERA

"El Tiza", como lo apodaban familiares y amigos, nació en Montevideo en 1930 y falleció muy joven en 1978, a los 48 años.

Sus inicios en el fútbol fueron en Cerrito, club donde logró el campeonato de la divisional Extra, en 1948.

En 1949 lo contrató Cerro y allí debutó con 18 años en primera división. En sus inicios, prometía muchísimo, tanto así, que fue uno de los citados para defender a Uruguay en el Mundial de Brasil.

En sus años posteriores no prosperó como se esperaba y defendió a Cerro hasta 1953. En 1954 pasó a Defensor, donde apenas disputó cuatro partidos y allí se retiró profesionalmente a los 23 años.

Después de ahí, jugó en el fútbol de Rivera a nivel Amateur y en la selección de esa ciudad hasta que decidió ponerle fin al deporte que lo llevó a la gloria en 1950.

Desilusionado con la falta de oportunidades profesionales, abandonó el fútbol muy temprano.

Fue un olvidado titular del 'Maracanazo', que murió en la extrema pobreza, a los 48 años, víctima de depresión.

Lo cierto, es que nadie podrá borrarlo de la foto más memorable que figura en la Asociación Uruguaya de Fútbol, impresa y sellada, como parte de los once dioses celestes que se consolidaron para la eternidad con su reputación de potencia futbolística.

 

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